En los lugares donde se aprecian con claridad diferentes estaciones, hay dos momentos en el año especialmente curiosos.
Si bien cada estación tiene si olima, también sus órganos y temperamentos asociados; la llegada de la primavera y del otoño se relacionan especialmente con el estómago. Sobre todo, la del otoño.
El cambio gradual de la luz y de la temperatura, así como de los alimentos que empezamos a comer, puede hacer que el estómago se resienta. Por ello aparecen o aumentan las molestias por reflujo, gastritis, hernias hiatales, etc., produciendo dolor punzante en la boca de estómago, sensación de ardor, malestar general, cambio en el apetito e incluso del humor.
Lo mejor es comer poco más veces al día, (4-5), comidas sencillas, evitar las bebidas frías, las bebidas gaseosas, los alimentos picantes e irritantes. Hay productos naturales y hierbas que los pueden ayudar a minimizar o evitar el uso de medicamentos convencionales. Así cuando de verdad, de verdad nos hagan falta inevitablemente.
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Buen fin de semana y feliz estómago.
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