martes, 23 de junio de 2015

Cumplir los sueños.

En 1988 acabé mi primera carrera, Farmacia, una carrera renacentista, fascinante. La vida no me permitió entonces continuar estudios de doctorado. Seguí mi camino trabajando y estudiando como hacía desde los 16 años. Tras licenciarme en Medicina China, diplomarme en otros estudios y obtener un doctorado en Medicina Natural, encontré, muchos años después, la oportunidad de cumplir un sueño: hacer el doctorado en mi primera carrera, uniendo en él mi vocación y mi amor por el saber, por la maravilla que es la naturaleza y el ser humano y por crear puentes entre distintas maneras de pensar y de concebir el cuerpo, y la integración de cuerpo, mente y espíritu, creando como siempre intento, puentes entre ciencia y tradición que sirvan para llevar salud, bienestar y felicidad a las personas.
Han pasado muchos años desde que empecé esta tesis que he terminado, en los que he encontrado muchos obstáculos que salvar, y también apoyo y comprensión por parte de mis padres y hermanos, amigos y en especial de mi hijo, Alvaro Arboledas Lorite quien más ha sentido la falta de tiempo.
Mi tutora de tesis ha sido un pilar fundamental, para quien solo tengo alabanzas, mujer valiosa, brillante, valiente, aceptando un tema tan especial.
El 18 de junio de 2015, llena de nervios y de emoción, defendí mi tesis "Los alimentos en la Medicina Tradicional China", en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, y la defensa obtuvo la calificación Sobresaliente Cum Laude.
Fue una experiencia maravillosa, inolvidable, que quiero guardar en mi memoria, con cada detalle, agradecida por las preguntas del tribunal, por la forma en que se produjo una transmisión e intercambio inesperado, agradecida a todos los que estuvieron presentes en persona y en espíritu. Dejo constancia de mi agradecimiento a todas las personas que han pasado por mi vida y han participado en ella, de una forma u otra, y de modo muy entrañable a mis profesores y maestros.
Ya estoy agradecida a todos los que vendrán para seguir creciendo.
Gracias por vuestros mensajes de apoyo en mitad de los nervios.
Ofrezco este Cum Laude a todos los que amamos y respetamos con devoción al ser humano, a la naturaleza, al universo, que trabajamos, seguimos aprendiendo y luchamos por integrar distintas ciencias, ideas y conocimiento para hacer de este, un mundo mejor.
Juntos somos más fuertes, más sabios, más creativos, más humanos.

viernes, 5 de junio de 2015

Vacunas, ¿ángeles o demonios?

A lo largo de los más de 25 años de profesión han sido muy numerosas las ocasiones en que en público, en eventos docentes o en privado en distintos países, he sido preguntada por la conveniencia o no de las vacunas, presuponiendo que dado que mi actividad principal se desarrolla en torno a las medicinas naturales y a los productos complementarios, nutricionales, inmunomoduladores, etc, yo estaría en contra de la vacunación. Y sé que algunos se han sentido defraudados cuando he dicho que yo había vacunado a mi hijo, “de lo de siempre”, no de aquellas que salen más bien, como respuesta social que como utilidad médica.
Cada vez que me han preguntado al respecto, he explicado que la ciencia ha logrado grandes avances y uno de ellos son las vacunas. La mayoría de ellas están suficientemente probadas y experimentadas, y nos protegen frente a enfermedades graves.
Algunas pueden ponerse en entredicho por los efectos secundarios o la aparente poca claridad de su puesta en el mercado.
Sin embargo, cuando, para justificar la no vacunación, se dice que pueden dar problemas por ejemplo, la triple vírica… Bueno sabemos que existen modos en medicina natural de minimizar esa posibilidad, con una correcta pauta de recomendaciones suplementarias simultáneas a la vacunación. Y suele ser útil dado que ni siquiera los efectos menores puntuales de la vacunación se producen.
Lo que más me dicen es que ya no hay tal enfermedad. Pero las personas que no están vacunadas deben su protección a que la mayoría está vacunada. Al estar vacunada la mayoría de la población, las bacterias, por ejemplo, no alcanzan la posibilidad de desarrollar la enfermedad al entrar en contacto con un organismo y, por ello, tampoco se pueden reproducir para ser fuente de contagio, ni formadoras de toxinas bacterianas. Un cuerpo sin vacunar es un lugar de cultivo y se pone en riesgo su salud y las de otros que tampoco estén vacunados. Un cuerpo sin vacunar pone en riesgo su vida ante enfermedades que no son benignas. No hablamos de una varicela… Hablamos de difteria, de poliomielitis, viruela…
Siempre hacía esta reflexión: hay mucho intercambio de personas, animales y gérmenes (recuérdese epidemias recientes), y por otro lado… ¿y si a los hijos les da por ir a un sitio donde no están protegidos? Valorando y dado que, repito, existen medios para minimizar los posibles efectos secundarios de las “vacunas de toda la vida”; sí, yo prefiero vacunar.
Me preguntan por la de papiloma, la del HPV… Ahí tengo mis reservas. La suplementación con Coriolus, como hongo completo, puede eliminar el virus en 3-6-12 meses, casi todas las cepas, en el supuesto de que hiciera falta. Hay muchos estudios y gran experiencia. Personalmente he tratado muchos casos y difundo en mis conferencias cómo tratarlos. En casos de infección por HPV tener un buen sistema inmune y controlar los factores que alteran su equilibrio es esencial. Por ello, también para la prevención, el sistema inmune y los factores mucosos locales, son primordiales. Existen diferentes formas de prevenir, de mantener un sistema inmune actualizado para que de este modo se optimice la propia defensa.
Pero la reciente noticia sobre el caso de difteria me ha hecho recordar tantas conversaciones acerca de la vacunación. En el 1997 hubo una alarma y se vacunó casi sin pensar… Volvemos al tema recurrente. Ya The Lancet se retractó de “aquella información” pero, como ocurre con las noticias o artículos que destrozan algo o a alguien, el daño está hecho, y la reposición no va adjunta al artículo original.
Deseo de todo corazón que el niño enfermo se recupere muy pronto y todo quede en un mal recuerdo y un susto. ¡Ponte bueno pronto!.
Para finalizar, reconozco mi emoción por la forma en que se ha movilizado el mundo para buscar los medios necesarios. Ojalá para todo fuéramos así.
Un abrazo.