Aviva la fuerza de voluntad y alivia los temores. Por ello, te mantienes atento y tus límites no son barreras infranqueables, más que cuando tú respetas que lo son.
Impulsa la persistencia y por ello, la pasión se transforma y se materializa. Mantiene controlada a la tristeza, en su punto justo.
Se acompasa con la respiración, en la búsqueda de la verdad, alumbrando el camino de la alegría y de la compasión.
La pasión en lo que haces, en lo que eres o vives, es tu motor, es tu corazón.
Cuando la vida apaga la pasión, respira profundamente, siente tus latidos y sonríe. Busca dentro de ti y mira las maravillas de la vida que siempre han estado. Mira a tu alrededor y busca las maravillas de la vida que siempre han estado.
Vive.