Pilar me comentó acerca de mi artículo sobre
fatiga crónica y la mujer.
"Cuando se pone una a estudiar y buscar razones al sufrimiento, se encuentra con tan diversos puntos de vista y explicaciones casi como personas que sufren.
Conectar las explicaciones bioquímicas con las energéticas es una ardua tarea, pues en ocasiones se encuentra la explicación energética (algo se mueve, se transforma, se somatiza acá o allá) pero no se conoce sobre qué soporte (material), si es que existe, se mueve el cambio en sí mismo, o el agente productor del cambio.
Así al menos nos queda la simple y sencilla cuestión de que la luz es dual, a la vez onda (o sea frecuencia y energía pura), a la vez corpúsculo, o sea, materia (medible, palpable, por así decirlo), y con ello, podemos dar el salto y plantearnos que en nuestro cuerpo ocurre exactamente igual: a veces en el universo cuerpo/mente que somos se producen fenómenos de tipo "onda" y a veces, son de tipo "corpúsculo", y nos encontramos con patrones de manifestación tan sorprendentes como aparentemente inexplicables.
La puerta de la duda se abre y nos deja tan desprotegidos... pero creo que reconocer ese vértigo de la des-protección, del no-saber, pero sí del reconocer... es lo que nos engrandece y nos permite tener una hipótesis de trabajo e iniciar una búsqueda.
Sé que no sé."
Artículo "Reflexión biológica sobre SFC y la mujer" Aquí está el artículo mencionado y aquí copio lo que mandó Pilar hace un tiempo. Muchas gracias, de corazón, cuando alguien responde sabemos que no estamos solos.
"No tenemos tiempo suficiente para vivir todo: no
podemos trabajar fuera de casa, y cuidar y disfrutar de nosotras mismas (realidad
muy poco presente en nuestras vidas),
de nuestra familia, de la relación con nuestra pareja, de nuestros
hijos, amigos, y desear, aún, crecer en todos los sentidos, incluso aunque eso
suponga “romper” ciertas relaciones perjudiciales, digamos, poco convenientes.
Y siempre intentando demostrar que “podemos hacerlo” mejor
que mejor.
Hacer todo lo que tenemos que hacer y hacerlo como nos
gusta, con el nivel de exigencia impuesto, aunque en una gran mayoría el nivel
es de auto-exigencia, supone un gran costo energético, realmente
requiere una enorme cantidad de energía emocional y física.
Porque merecemos encontrar esa armonía y ese equilibrio en
nuestras vidas ¿Qué tal si, hacemos balance y valoramos. ¿Qué quiero, qué
siento, con qué no estoy contenta en mi vida, qué me agota, qué me exige, quién
me exige? Para luego, poner remedio y hacer los cambios oportunos. Sentirnos
personas, mujeres, importantes y valiosas, felices, grandes."
Y si esto puede ver
válido para la mujer, ¿Por qué no puede ser válido para el hombre? ¿POR QUÉ NO,
ROMPER LAS CLASIFICACIONES (sexo, edades, etnias
, religiones, ideas…) Y TRABAJAR
POR EL BIEN DE LA PERSONA?
Gracias
Nuria Lorite por tu trabajo y tu compartir.
Pilar
"La locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados
diferentes"
Albert Einstein.