Hay mañanas, noches, en que la angustia, como una
mano que te oprime, no te deja respirar y ahoga tu mente. No encuentras razón
clara de qué provoca esa sensación de pánico. Pero es seguro que reverbera con
otras anteriores en la vida. Si nos paramos y entramos en el sentimiento, en la
sensación, vendrán imágenes, recuerdos fugaces y alguno se hará más intenso y
revivirás.
No te quede ahí, eso, ya pasó. Levántate,
esfuérzate en darle a tu cerebro otro alimento, otra actividad incluso otro
recuerdo sobre el que anclarse y cambiar la angustia y la ansiedad por tranquilidad
y armonía.
El cerebro revive como si hubiera pasado hace nada, como si
estuviera pasando y los factores orgánicos se disparan. Por ello, la ansiedad
nos consume. Nos anula.
Existen técnicas que nos ayudan a levar anclas y
así romper la ligazón de la ruta neuronal que parece que indefectiblemente,
como una acción automática y aprendida nos lleva a aquel dolor. Hay técnicas para salir de la espiral, del vértigo, trucos de vida como ese salvavidas que te lanzan. Aprender a meditar, relajarte, respirar y no involucrarte mentalmente en el "juego" de la mente que como un chiquillo abre el baúl de los recuerdos y lo saca todo y lo desordena todo.
La ansiedad y el miedo, la angustia, son causa de muchas enfermedades físicas y mentales, y a su vez son efecto de otras tantas situaciones físicas y mentales. Por ello, no lo dejes pasar, no dejemos que el corazón y el cerebro vivan siempre al límite, asustados. El precio es alto. Con certeza.
No hay porqué sufrir, atrévete a crear tu camino, aunque
te lleve mucho tiempo. Tú puedes, tú lo conseguirás. Podemos, lo haremos. Si necesitas ayuda, estoy a un clic.
Dra. Nuria Lorite Ayán