domingo, 27 de octubre de 2013

Desmoronarse

Momentos hay en la vida en que uno se desmorona. No está mal. No pasa nada. Bueno... Sí pasa, pero hay que buscar el qué.

Si nos desmoronamos hemos de ser capaces de secarnos las lágrimas o seguir llorando si quieres, pero hemos de ser capaces de ver el mensaje. 

¿Qué se ha caído bajo nuestros pies?

¿Qué no estaba bien cimentado? ¿Será que hay que cambiar algo?

¿Puedo hacer algo al respecto? ¿Sería mejor pedir ayuda si sólo sé quedarme en el suelo entre mis escombros?

Aprovecha y saca de tu entorno y de tu interior lo que no vale. Haz limpieza. Y construye un nuevo día.

Hoy me desmoroné, lloré como hacía tiempo que no lloraba y saqué un montón de bolsas con cosas que están bien y son bonitas y a otros les vendrán bien. 

Hago sitio para lo nuevo. Me vendrá.

Empiezo a crear un plan. Pero siempre es una hoja en blanco. Una aventura. La aventura del Ser. El nuevo escalón en la majestuosa escalinata de la vida.

Eres más de lo que crees. Infinitamente más.

Un abrazo, de corazón a corazón.

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