martes, 15 de diciembre de 2015

Sistema inmune: de alergias, cáncer, infecciones y otras visicitudes

El sistema inmune es uno de los sistemas de control y regulación del organismo, del Ser, en general, junto con el sistema nervioso y el sistema endocrino. Una triada operativa, perfectamente coordinada, funcionando simultáneamente, en todas las partes de nuestro cuerpo y en todos los aspectos de nuestro ser.

Digo esto porque la defensa no son solo un montón de células con nombres extrañísimos para el profano y otro montón de sustancias con nombres aún más raros que parecen nombres de grupos de música llamativos: "Interleukinas", presentan su nuevo trabajo, 12 temas, tal, tal...; o una peli de Tarantino: "NK: Natural Killer"... bueno, que se me va la cabeza.

La defensa es mucho más que todo esto: el sistema inmunológico es el que conoce y realiza la defensa y protección y estas funciones las realiza TODO EL SER. Nos defendemos con actos, con palabras, con gestos, con pensamientos. La defensa y la protección es hacer, no hacer, ser, no ser... estar o no estar. Si me agreden verbalmente y me defiendo marchándome o intercambiando unas palabras, estoy protegiendo lo que soy. Si cambio mi forma de pensar respecto a algo y ese algo deja de molestarme o hacer daño, me estoy defendiendo.

Los mecanismos de defensa mentales y emocionales caminan a la par con la bioquímica. Si yo soy capaz de expresar la rabia y la frustración que siento, protejo a mi hígado y a mi vesícula, pobres, que no tienen culpa del cabreo que me he pillado.

En fin.

El sistema inmune, en el cuerpo, sí ese conjunto de células y sustancias, funciona de dos formas, dos modos simultáneos, que actúan de manera cíclica, inhibiéndose uno al otro. Se denominan Th1 y Th2. Cuando uno de los modos de actuación está al máximo el otro actúa al mínimo.

Si se produce un desequilibrio en este funcionamiento, aparecen multitud de afecciones entre ellas todo tipo de alergias, afecciones autoinmunes, inflamaciones diversas, inflamaciones o infecciones crónicas, deterioro de los tejidos e incluso enfermedades degenerativas como el cáncer.

Cansancios, dolores crónicos, depresión, tristeza, debilidad, infecciones raras que no remiten, entre otros, son manifestaciones de un desequilibrio inmune.

¿Cómo podemos arreglar y reequilibrar? Pues primero conociendo qué pasa, porqué pasa, cómo y qué podemos hacer, de qué herramientas disponemos.

Durante más de 20 años he trabajado en estos aspectos, de forma global. En el 2003 presenté parte de mi trabajo en el que conectaba el síndrome de fatiga cróncia con los quistes mamarios, miomas y cáncer, en la Universidad de Westminster en Londres. Allí expliqué la conexión, las razones de esa conexión y formas de abordarlo en el campo global y con una concepción biológica y fisioenergética.

Pasaron los años y la hipótesis que planteé se confirmó.

2014 y 2015 me lo he pasado viajando por diversos países comunicando los avances en el trabajo. Y de modo especial en Mujer y Salud, retos inmunológicos desde la fatiga crónica al cáncer.

Finalmente he desarrollado un sistema de apoyo en afecciones oncológicas, para ayudar a mejorar el tránsito por la experiencia que es el cáncer.

Pronto verá la luz un libro con todo ello explicado y mi experiencia en el acompañamiento en estas circunstancias: dieta, suplementos, terapias, cuidado psicoemocional, apoyo al organismo, etc.

Un abrazo 


No hay comentarios:

Publicar un comentario